Hoy quisiera escribir sobre una cuestión por la que me consultan mucho y que, con muchxs pacientes y consultantes se trabaja en sesión: el #DueloMigratorio ✈️🌍
Al momento en que una persona, pareja o grupo familiar emprende el proyecto de emigar, se abre la puerta a lo complejo y totalmente singular del duelo, porque por más que se trate de una elección, el cambio implica una pérdida. Pérdida de cercanía con familia, amigxs o vínculos significativos, tal vez cambios laborales, nuevas costumbres culturales y cotidianas y muchas veces también la adaptación a un nuevo idioma, sentirse «entre» dos lugares, entre otras cuestiones a tener en cuenta además de la siempre presente incertidumbre.
Toda pérdida con su posterior duelo requiere inevitablemente tiempo de procesamiento, manejo de la historia personal, reflexión y adaptación. Por eso me parece fundamental, poder asimilar que no será todo color de rosa, pero tampoco necesariamente será un proceso tortuoso.
Desde ese aspecto, considero que lo esencial será poder hablar del duelo, darle palabras tanto a eso como al torbellino de emociones que se podrá experimentar, y no culpabilizarse por sentir dudas o miedos estando en «tu mejor momento», «cumpliendo un sueño» o «viviendo en un país perfecto.» Muchas veces esas frases del entorno generan ocultamiento del malestar, culpa o incluso necesidad de negación de la angustia.
Acompañemos estos procesos de la manera más respetuosa posible, entiendo que cada quien lo vivirá como pueda, con más facilidad o dificultad.
Lic. Marianela Santillán – MN 60294